Utambi Shinbun

Artículo de opinión
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Los desafíos globales frenan el progreso

En 2023, Naciones Unidas presentó su Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), un documento que aborda los desafíos más urgentes de la humanidad.

El informe deja claro que el progreso hacia la meta de cumplir la Agenda 2030 (ver sitio oficial de la ONU) está gravemente rezagado: más de la mitad del mundo está quedándose atrás en el camino hacia la sostenibilidad global.


El Secretario General de la ONU, António Guterres, no escatimó en palabras al presentar este informe (descargar informe desde el sitio web de la ONU o desde el Archivo General de Utambi). El documento advierte que más del 50% de los objetivos fijados muestran avances insuficientes, mientras que el 30% de las metas están estancadas o han retrocedido. Estas incluyen algunos de los objetivos más esenciales: la erradicación de la pobreza, la lucha contra el hambre y la mitigación del cambio climático. "Si no actuamos ahora", afirmó Guterres con tono de urgencia, "la Agenda 2030 podría convertirse en el epitafio de un mundo que pudo haber sido".

Los ODS, establecidos en 2015, fueron concebidos como una hoja de ruta universalmente acordada para superar las divisiones económicas y geopolíticas, restablecer la confianza y reconstruir la solidaridad. La falta de progreso significa que las desigualdades seguirán profundizándose y aumentará el riesgo de un mundo fragmentado que funcione en dos velocidades.

Considero importante hacer una pausa en este punto para recordar al lector que el éxito económico de cada ciudadano depende de varios factores, además del esfuerzo individual, como bien señala Deutsche Welle en el siguiente video.

El progreso para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 está lejos de ser uniforme. Mientras algunas naciones han logrado avances significativos, muchas otras enfrentan obstáculos persistentes. Las crisis económicas, políticas y climáticas han empeorado las condiciones en varios países, haciendo que metas como la erradicación de la pobreza extrema parezcan cada vez más inalcanzables. Según datos recientes, si se mantienen las tendencias actuales, sólo un tercio de los países habrán reducido su pobreza nacional a la mitad para 2030.

A pesar de este panorama sombrío, la ONU no ha perdido la esperanza. El informe insiste en que aún es posible cambiar el rumbo, pero requerirá de un compromiso firme y acelerado por parte de los líderes mundiales. Los Jefes de Estado deben tomar medidas urgentes y sostenidas a nivel tanto nacional como internacional para cumplir con los ODS. Esto incluye políticas concretas para erradicar la pobreza, reducir las desigualdades, mejorar el sistema de educación y promover una economía más inclusiva.

Un aspecto clave que subraya el informe es la necesidad de reforzar las redes de protección social y mejorar el acceso a servicios esenciales, especialmente para los sectores más vulnerables. La crisis educativa global requiere atención urgente. En muchas partes del mundo, millones de niños y jóvenes siguen sin acceso a una educación de calidad, lo que perpetúa el ciclo de pobreza y exclusión social.

La igualdad de género es otro de los objetivos donde los avances han sido demasiado lentos. A pesar de mejoras en ciertos países, en muchas regiones las mujeres siguen enfrentando barreras sistémicas que les impiden participar plenamente en la vida económica, política y social. Enfrentar estas desigualdades no es solamente una cuestión de justicia, sino también una condición esencial para lograr un desarrollo sostenible.

El informe también destaca la importancia de apoyar a las personas desplazadas por conflictos y crisis humanitarias. Con millones de seres humanos desplazados de sus hogares, los países deben adoptar políticas inclusivas que les permitan integrarse en las economías y sociedades de sus naciones de acogida.

Para que la Agenda 2030 tenga alguna posibilidad de éxito, será fundamental reforzar la capacidad del sistema multilateral para enfrentar las crecientes crisis globales. Esto implica una mayor cooperación entre los Estados miembros y el fortalecimiento de las instituciones internacionales encargadas de supervisar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El camino hacia un mundo más justo es desafiante. Sin embargo, existen señales alentadoras. A nivel mundial, las tasas de finalización de la educación primaria y secundaria han mejorado en los últimos años. La educación continúa siendo una de las principales vías de movilidad social y crecimiento económico. Aumentar el acceso a una educación de calidad será fundamental para alcanzar las metas relacionadas con la reducción de la pobreza y las desigualdades.

Para ilustrar este último punto, adjunto el video del programa "Cómo te afecta" que Deutsche Welle subió a su canal oficial.

Nota de edición: este artículo fue escrito el y actualizado el .

Opinión del columnista

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A medida que el reloj avanza hacia 2030, la presión para cumplir con los ODS aumenta. Los líderes mundiales tienen en sus manos la capacidad de cambiar el rumbo, pero deberán actuar con rapidez y determinación.